Pedro Sánchez cree que sembrar el miedo entre la disidencia surtirá algún efecto. Creo que se equivoca. Entre la verdadera disidencia las amenazas de este socialista impresentable están teniendo un efecto fortalecedor. No es tiempo para cobardes. Los temerosos abandonarán el frente, pero quedarán los valientes de verdad. A partir de hoy sabremos quién es un guerrero y quien es un poses. Porque en la disidencia, como en la oposición al gobierno, han proliferado muchos poses a lo largo de los años y no pocos de ellos han sido subidos a los altares por sus incondicionales, para luego caer estrepitosamente cuando sus propios hechos les han dejado al descubierto. Jiménez Losantos es un claro ejemplo de ello, pero hay otros.
Alvise Pérez no ha tardado en responder a las amenazas del dictador convertidas en demanda judicial. Un activista que lleva años investigando, denunciando y ganando juicios se enfrenta a un presidente que avala la corrupción de su entorno y de sus filas y que dispone de los recursos públicos a discreción. David contra Goliath. Lo que quizás no han calculado bien el dictador Sánchez ni sus amos de la agenda global en España es que Alvise no es solo una persona. Es un equipo de especialistas en varios ámbitos respaldados además por millones de lectores y suscriptores en las redes sociales. La comunidad de Alvise Pérez es el medio digital más leído. Y con mucha diferencia. Lo que está sucediendo desde hace años es una lucha entre el poder corrupto y una sociedad civil en creciente organización. Una lucha que a partir de hoy, tras el discurso de un dictador compulsivo, se recrudece y alcanza una dimensión mayor. Vivimos un tiempo que marcará época en la historia de España, sea cual sea el resultado final.