Una de las primeras maniobras que Ada Colau inició al poco de hacerse con la alcaldía de Barcelona en 2015 fue iniciar una campaña contra el turismo con la que realmente pretendía asestar un duro golpe al sector de hostelería, restauración y alojamiento de la ciudad. No era tan complicado de ver cómo se ejecutaba el plan. Inacción ante la delincuencia, especialmente la de los inmigrantes ilegales y subida de impuestos a las empresas del sector.
Al igual que otros sectores económicos de la ciudad se vieron tremendamente resentidos desde que esta parásita había llegado a la política municipal, el turismo, potente motor de empleo, vio cómo sus resultados descendían paulatinamente forzando a empresarios a bajar precios y a prescindir de empleados. No pocos negocios del sector han cerrado en los últimos años. Otros, situados en las calles más emblemáticas, ven cómo la delincuencia de importación ahuyenta a visitantes que ya no vuelven. De hecho, a partir del segundo año de mandato de esta ignorante sin escrúpulos, agencias de viajes en Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, y otros países occidentales y asiáticos comenzaban a aconsejar a sus clientes no visitar Barcelona. Desde entonces hasta hoy el independentismo tanto de izquierda como de derecha, ambos xenófobos hasta la náusea, con sus ramificaciones terroristas respectivas, apoyados por la delincuencia habitual importada de países que no comen cerdo, han conseguido convertir la ciudad de Barcelona en una de las áreas más inseguras de España. Los delitos comunes, así como las violaciones y las agresiones, se han disparado en las estadísticas. Y mientras unos indepes mermados de todo intelecto acosan a los turistas, arruinando a una industria cuya enorme oferta cultural y de entretenimiento ya no encuentra el eco internacional de antaño, otros, idiotizados por el discurso de sus bien pagados y alojados líderes, todavía creen que Cataluña sigue siendo el motor de la economía española y se niegan a ver la dura realidad de su economía y su convivencia social. Cataluña se puso la venda en los ojos hace mucho tiempo y no parece que vaya a quitársela.