Todavía son muy pocas las personas que, habiendo tenido altas responsabilidades en los gobiernos, en los medios de desinformación y en otros estamentos sociales, aparecen pidiendo perdón por haber sido partícipes y colaboradores necesarios en la gran farsa del coronavirus, las timovacunas y todas sus consecuencias de muertes y efectos secundarios terribles que han sucedido por todo el mundo desde marzo de 2020.
Uno de los primeros casos de arrepentimiento que recuerdo fue el del director de un importante diario alemán que pidió perdón por haber involucrado a su periódico en la campaña de vacunación covid a niños y adolescentes, acusando a los que no querían inocularse con ser los asesinos de sus abuelos por ser portadores y haberles contagiado.
De aquellos terribles días de ingeniería social y ataque a las libertades más elementales muchos aún viven con la salud deteriorada de por vida, llorando a sus fallecidos y con el recuerdo del acoso mediático, social y hasta familiar de toda una sociedad enferma de miedo e ignorancia empujada por gobiernos y medios de desinformación al servicio de grandes empresas farmacéuticas y de élites genocidas.
Hoy me llega por whatsapp este vídeo en el que un exministro japonés, con cargo de responsabilidad en aquellos oscuros días, pide perdón y habla de cómo se silenció que la Ivermectina, por ser muy barata, fuera censurada como tratamiento efectivo contra el covid 19 para que el gobierno corrupto diera prioridad a medicinas mucho más caras fabricadas para la ocasión por los consorcios de la big pharma.