En España los procesos electorales arrojan resultados fuera de toda lógica. ¿Cómo es posible que un presidente como Pedro Sánchez, abucheado allá donde aparece, desastroso gestor y prepotente y mentiroso donde los haya, consiga en las últimas elecciones generales los suficientes votos como para seguir en La Moncloa necesitando solamente atraer apoyos de siete escaños de otros partidos?
El clientelismo político en nuestro país favorece a millones de personas. Millones de votantes. Cargos políticos, familiares, amigos, colocados a dedo que captan el voto de familias enteras, colectivos comprados a base de prestaciones, planes públicos, fraudes … Todo ello supone seguramente más de un tercio de los votantes de un candidato corrupto que ya está en elpoder y que necesita revalidar su puesto. Sectarismo político, propaganda, odio, ignorancia, manipulación… son ingredientes que sin duda aglutinan también a una masa dispuesta a votar a su partido, haga éste lo que haga y provoque los desmanes que provoque.
Pero no hay que perder de vista, aún con todo lo anterior, que hay momentos históricos en los que un gobernante corrupto ha provocado tal desastre en la nación que ni con todo lo anterior un gobierno degenerado puede evitar que la pérdida de votos sea masiva para su partido. El nefasto Rodríguez Zapatero es el mejor ejemplo de ello.
Desde que el socialista Pedro Sánchez es presidente de gobierno existe la percepción de que toda la suciedad, el engaño, la corrupción y el latrocinio con los que se identificaba a la política han aumentado exponencialmente. Y los procesos electorales no son una excepción. Sánchez ha entregado a INDRA la gestión del conteo de votos en las elecciones generales. En esta empresa tiene a personas afines. Además, tiempo antes del 23 de julio de 2023 (últimas elecciones generales) Sánchez también colocó a altos cargos en Correos. Blanco y en botella. El voto por correo y el sistema de conteo de votos en las mismas manos.
Lo sucedido en las pasadas elecciones europeas es aún más flagrante. Delegados de Justicia Europa y de Se Acabó La Fiesta han presentado denuncias ante la Junta Electoral Central por posibles irregularidades en muchos colegios electorales por toda España. Ahora bien, lo más escandaloso de esa jornada electoral fue el triunfo del partido del fugado Puigdemont en distritos electorales repartidos también por toda España. En Canarias, en las Castillas, en Zaragoza… ¿Realmente alguien puede creer que un indeseable anti español puede haber ganado en un solo colegio electoral fuera de Cataluña? ¿Supuestos votos necesarios para poder seguir teniendo escaño en el corrupto parlamento europeo y, por tanto, seguir disfrutando de cierta inmunidad?
INDRA ha reconocido tales votos como errores pero, como solo puede pasar en un sistema corrupto, la propia INDRA y el gobierno socialista de Sánchez los dan por buenos. No hace falta decir más.