Son muy significativos los dos vídeos que Pedro Sánchez, y por extensión toda su corrupta banda formada por ministros, partido socialista y medios de desinformación obedientes, han tratado de borrar y ocultar de la red. Mafiosos que siguen refiriéndose a todos aquellos que informan sobre el Begoñagate de “máquinas del fango” y “fabricantes de bulos” mientras han presionado con el mejor estilo mafioso al juez Peinado, el valiente que sigue adelante a pesar de las amenazas encubiertas, de las noticias insidiosas de ciertos medios y de las zancadillas que la defensa de la presunta corrupta y el fiscal ponen a su paso para que la causa acabe sobreseída.
El primero de los vídeos estuvo durante años publicitando cómo la esposa del indigno presidente del gobierno podía enseñar a captar dinero público a quienes pagasen su curso impartido desde su propia cátedra ad hoc de la Universidad Complutense (otro nido de izquierdismo e ideología que ha tirado por tierra el prestigio docente de ese centro) Es el vídeo de una caradura sin cualificación alguna, con los únicos méritos de ser la esposa de un político despreciable e hija de un desalmado que hizo fortuna con su red de saunas con final feliz.
El segundo vídeo, que finalmente se ha hecho público a pesar de los medios dedicados por el gobierno socialista para conseguir lo contrario, muestra a una Begoña Gómez sentada donde no le corresponde a un imputado que debe declarar ante un juez, asegurando con la mayor desfachatez que no sabe por qué está imputada. Ésta es la imagen que se quería evitar. La que algunos socialistas serviles a su amo llaman “presidenta”, sentada en el banquillo.
El Begoñagate nos deparará aún muchos momentos intensos. El poder socialista tratará de impedir la instrucción del caso, los abogados de la acusación sufrirán presiones desde alguna instancia oficial y desde los medios siervos de Sánchez, La defensa seguirá poniendo trampas a los pies del magistrado, y el fiscal, que para eso obedece a la causa, seguirá haciendo justo lo contrario de su trabajo y defenderá a la presunta corrupta tratando de quitar importancia a todo lo que se presente contra ella.
Lo que hasta ahora nunca había sucedido, ni siquiera con el infame Rodríguez Zapatero, lo estamos viviendo por obra y gracia de Pedro Sánchez y su corrupto entorno. La esposa de un presidente de la nación sentada en el banquillo con muchos y sobrados motivos. Se creían impunes ante todo y obraron en consecuencia. Pero no contaban con que aún hay resistencia frente a la corrupción.