Un miembro del colectivo LGTBI, votante declarado de Sumar, se encuentra de cara con la realidad; dos magrebíes le agreden y le roban el móvil en Barcelona. Y es precisamente la realidad la que siempre, tarde o temprano, acaba por imponerse sobre el relato político.
Afortunadamente para este votante de Sumar – uno de los partidos de ultra izquierda que defiende a ultranza la invasión de Europa mediante inmigración ilegal y descontrolada – en esta ocasión puede contarlo sin tener que ir a urgencias por agresión. Pero aquellos a quienes su partido, basado en militancia y políticos procedentes del vertedero social, siempre protege, le han desvalijado. Toda una lección práctica de vida para un anormal que apoya con su voto a una banda de parásitos.