Ursula Von del Leyen otro de los muchos personajes nefastos de la Unión Europea. Una política globalista con menos escrúpulos que una rata, esta vez discursando en favor de censurar la información libre, la que no cuentan los medios de comunicación del sistema; la información que, según ella, ataca a la democracia y la estabilidad social. La que se etiqueta como «discurso de odio» para prohibirla y evitar así que la población despierte a la realidad. Un discurso liberticida revestido con bonitas palabras, como suele ser la costumbre de los políticos y los comunicadores comprometidos por la agenda global.